Encarar la pandemia

 
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Los inmigrantes latinos indocumentados no tienen acceso a la salud médica adecuada y enfrentan mayor exposición al coronavirus ya que muchos de ellos han sido nombrados como trabajadores esenciales durante la pandemia

Por Andrea Arzaba

A medida que el ritmo de infección y las cifras de fallecidos crecen en los Estados Unidos, las estadísticas muestran que los latinos y los afroamericanos están siendo desproporcionadamente afectados por la enfermedad.

Todos los días, miles de pacientes se presentan en hospitales y clínicas a lo largo del país. Hay más de 1.6 millones casos registrados desde finales de febrero, cuando la nación vio su primera muerte por COVID-19 y se declaró la propagación comunitaria del virus en el estado de Washington.

Desde entonces, los profesionales de la salud han sido los principales combatientes contra el coronavirus.

Los medios de comunicación han documentado historias que humanizan la atención médica en la pandemia. El personal de salud está tratando la enfermedad con pocas pruebas y suministros insuficientes de equipos de protección. Entre ellos, hay profesionales que apoyan a los inmigrantes latinos que no cuentan con documentos, muchos que por su trabajo tienen una mayor exposición al contagio del virus y a menudo carecen de una cobertura de seguro médico.

Por ejemplo, los trabajadores agrícolas en los Estados Unidos han sido designados como "esenciales" dado que son una base para el suministro de alimentos de la nación. Sin embargo, dos tercios de ellos son inmigrantes indocumentados. Y, debido a su estado migratorio, estos trabajadores enfrentan diversos obstáculos para obtener atención médica adecuada.

palabra. habló con profesionales médicos en California, Pensilvania, Illinois y Wisconsin. Ellas y ellos trabajan en clínicas y hospitales, arriesgando sus vidas para ayudar a las personas que son especialmente vulnerables durante la pandemia.

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Pensilvania: La clínica móvil

El Dr. Steven Larson tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles de su carrera cuando la pandemia del COVID19 llegó a la ciudad de Filadelfia: cerrar la clínica en la que ha trabajado desde 2004.

De cabello lacio grisáceo y voz que genera confianza, el médico se ha dado a conocer por el documental “Clínica de Migrantes”, una producción de HBO donde se muestra la atención médica que su clínica brinda a la comunidad de latinos sin seguro médico, de Filadelfia y sus alrededores.

La ciudad de Filadelfia es hogar de aproximadamente 50,000 inmigrantes indocumentados. Para muchos de ellos, es imposible contar con un seguro médico. Para estas personas, las clínicas comunitarias y gratuitas brindan la única atención disponible para combatir enfermedades graves.

“Fue difícil pero decidimos cerrar las puertas de Puentes de Salud durante la pandemia ya que tenemos poco recursos, por lo que no podemos dar una atención apropiada”, comentó Larson en una conversación telefónica.

Sin embargo, el que la clínica este cerrada no significa que no estén dando otro tipo de servicios de salud. “Ahora estamos empleando técnicas de telemedicina, tenemos voluntarios haciendo seguimiento de manera remota a pacientes con síntomas relacionados al coronavirus y próximamente estaremos haciendo tests”, mencionó el doctor. 

Si bien los inmigrantes indocumentados no pueden recibir seguro de desempleo, algunas clínicas y organizaciones de la sociedad civil están trabajando para cubrir las necesidades de las familias más afectadas.

“Trabajamos con una asociación con bancos de alimentos, uno en particular que brinda servicios a la comunidad latina en Filadelfia. Hemos ayudado a recaudar fondos y hemos tenido una buena respuesta”, comentó Larson en nuestra última llamada telefónica. “Los migrantes hacen que nuestra ciudad sea más diversa. Filadelfia es una urbe más rica en cultura gracias a ellos. Aunque me retiro oficialmente de Puentes, no lo voy a dejar. Quiero seguir contribuyendo a construir una ciudad más justa e inclusiva para todos y todas”.

Larson, quien se retira de la clínica este año, asegura que hoy en día aún es muy difícil obtener tests, lo que causa mucha incertidumbre para la comunidad latina de Filadelfia. Sin embargo, los obstáculos no paran al personal médico de Puentes de Salud. Al contrario, ellos saben que su labor hoy en día es más importante que nunca. 

Otra de las maneras en las que atienden a los pacientes es llevarles medicamentos a sus domicilios. 

Annette Silva es uno de los pilares de la clínica. Enfermera de profesión, en los últimos días comenta que su rutina ha cambiado 360 grados.“Ahora soy un Puentes de Salud andante”, expresó.

Silva se encarga de manejar por toda la ciudad y llevar medicamentos de casa en casa, para asegurarse que los pacientes pueden continuar sus tratamientos durante la pandemia. 

“Los pacientes necesitan las medicinas. Muchos de ellos, si no las toman, van a terminar en salas de emergencia. Lo último que necesitan los hospitales son personas en las salas de emergencia. Sobre todo aquellos casos que se pueden prevenir”, comentó Silva.  

Silva nació en Los Ángeles, California. Es una profesional bilingüe, de madre guatemalteca y padre alemán. La mayoría de sus pacientes son inmigrantes de Centroamérica, de México y del Ecuador, por lo que se comunica en español con la mayoría.

“Algo que me ha llamado la atención es que cada vez que llevo medicinas a las casas de los pacientes, se sienten demasiado agradecidos. Siempre me quieren ofrecer algo, agua o un sándwich. Incluso a veces me reciben con algunos dólares en la mano. Por supuesto, no los acepto. Es gente humilde y siempre me impresiona lo agradecidos que se sienten”, comentó Silva sobre sus visitas diarias.

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En búsqueda de la tos

“¿Ha tenido tos, o a presentado fiebre en los últimos días?” se ha vuelto una pregunta obligatoria en cada una de sus visitas en el auto.

Hasta ahora, ninguno de sus pacientes ha presentado dichos síntomas. De cualquier manera, Silva se asegura de siempre llevar guantes y tapabocas, ya que muchas personas con el COVID19 no presentan síntomas visibles. 

Silva ha visto un impacto diferenciado entre hombres y mujeres: “las pacientes embarazadas están muy preocupadas”. Las mujeres embarazadas son consideradas grupo de riesgo porque, especialmente en el tercer trimestre, sufren alteraciones en los sistemas inmune y pulmonar. 

Las madres solteras han tenido un mayor impacto por la enfermedad, sobre todo por la falta de balance entre trabajo y familia. 

“Los martes soy voluntaria en una clínica prenatal local. Las madres que he visto llegar que están a punto de dar a luz se sienten afligidas. Tienen miedo de ir al hospital. Se les entiende y se les trata de explicar que deben tener fe en el sistema, que no se les pondrá cerca de gente enferma”, comentó. 

Silva comentó que no puede asegurar cuando todo vuelva a la normalidad: “No se cuando va a  terminar la pandemia. Solo puedo asegurarles que Puentes de Salud está haciendo todo lo que puede, dentro de sus posibilidades. Las enfermeras, los doctores, todos están tratando de terminar con esta pesadilla. Todos tenemos que poner de nuestra parte”.

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California: It’s not business not as usual

Para el Dr. Javier Rodríguez de San Diego, California, ya no existe la rutina.

Rodríguez, Director Médico en la clínica familiar La Maestra, tiene más de 15 años laborando ahí. Él estaba acostumbrado a manejar diariamente su auto por la misma ruta todos los días, subir por las escaleras, entrar a su consultorio, tomar su estetoscopio, leer la lista de pacientes, llamar a cada uno y saludarlos de mano para invitarlos a pasar a su consultorio. 

Hoy en día, el Dr. recibe la mayoría de sus consultas por teléfono o por teleconferencia. Sobre todo porque muchos de sus pacientes tienen miedo de infectarse si salen de sus casas. A los pocos pacientes que es necesario ver, los recibe bien protegido - con guantes y tapabocas que está cambiando constantemente. También se asegura de saludarles codo a codo.

“A pesar del distanciamiento social, intentó sonreír o hacer alguna broma para hacer sentir mejor a mis pacientes”, dijo Rodríguez. Mientras habla conmigo, un sábado a las diez de la mañana, comienza sus frases en inglés y las termina en español. Hijo de migrantes jaliscienses, pero nacido en San Diego, California, su mundo siempre se ha entrelazado en ambas naciones.

Dada la actual incertidumbre y los altos números positivos del COVID19 en el área, el personal médico en la clínica siente ansiedad. 

“Algunos miembros del personal médico no han querido venir a la clínica por miedo a que se puedan contagiar del virus y poner en peligro a sus bebés o a sus familias”, dijo Rodríguez. “A pesar de ello, muchos otros están de acuerdo en ver a las personas con tos y fiebre, obviamente con el equipo adecuado para protegerse”. 

Pero no ha sido fácil obtener el equipo adecuado. Zara Marselian, presidenta y cofundadora de La Maestra, mencionó: “Hemos tenido que ser muy firmes y que pelear como locos para obtener equipo suficiente”.

Marselian expresa haber quedado impresionada por la solidaridad que las personas beneficiadas por sus clínicas han mostrado. Un ejemplo de ello son un grupo de mujeres beneficiadas de su programa de microcréditos. Ellas se han organizado y han producido más de 1,000 tapabocas de tela, los cuales protegen y alargan la vida de los tapabocas N95. 

Sin embargo, no todo es color de rosa. Uno de los obstáculos que Marseillan y su equipo ha afrontado recientemente es el cierre temporal para viajes no esenciales de la frontera entre México y Estados Unidos. 

“Algunos miembros de nuestro personal que trabajan en la clínica y viven en Tijuana, se sienten preocupados por el hecho de que podrían no dejarlos pasar”, dice Marselian.

Para evitar problemas, Marselian les pide a los trabajadores que cruzan la frontera Tijuana-San Diego diariamente, que lleven consigo una carta en todo momento, indicando lo que hacen y por que necesitan realizar su trabajo. Hasta ahora, todos han podido cruzar normalmente.

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Illinois: Nuevas herramientas para una nueva enfermedad

Cristina Vieyra es una joven de 22 años que trabaja como intérprete en Community Health Care, Inc., un centro de salud comunitario en el poblado de East Moline, Illinois. 

De padres mexicanos, Vieyra es traductora y se asegura de que los pacientes que no dominan el inglés tienen un trato digno y pueden entender las instrucciones del personal médico. La joven intérprete está estudiando para convertirse en trabajadora social: “Me gustaría aportar aún más a la comunidad. Me llena de orgullo tener raíces mexicanas y representar a la comunidad latina en Moline y en las Quad Cities”.

Como la mayoría del personal que trabaja en los hospitales de la nación, se ha tenido que adaptar a una nueva manera de trabajar. Hasta este momento, las instalaciones de Community Health Care Inc siguen abiertas. Sin embargo, la rutina del hospital ha cambiado. Aquellas personas con síntomas de enfermedades respiratorias son atendidas afuera del edificio. 

“Les preguntamos si han viajado, si han estado en contacto con alguien que tiene el COVID19. Y cuando vienen, los estamos evaluando en su auto, donde tenemos una enfermera y una asistente médica que los ve afuera”, mencionó Vieyra. 

Otra estrategia que están usando es la telemedicina. Sin embargo, muchos migrantes indocumentados no tienen acceso a una conexión a Internet estable. “Pero el día de ayer tuvimos a dos pacientes con cita de telemedicina y todo funcionó, me sorprendió que salió tan bien”. Vieyra menciona que cuando el Internet falla, deciden continuar la consulta llamandoles por teléfono.  

Encima de los obstáculos mencionados, el personal de Community Health Care Inc. se está preparando en caso de que puedan estar expuestos al COVID19. En el caso de Vieyra, quien vive con su hermana y su mamá, menciona que ya tiene un plan formulado para no contagiar a su familia: “si me da COVID19, yo tendría que informarle a mis supervisores, y mi familia se iría a la casa de un tío por unos 14 días. Ya lo hemos hablado y todos están de acuerdo”.

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Wisconsin: Si no trabajas, no comes

En el sur de la ciudad de Milwaukee se encuentra una de las clínicas comunitarias que atiende a pacientes que hablan poco inglés. Se le conoce comúnmente como la “clínica de Sixteen Street”, y ahí trabaja el Doctor Jorge Ramallo, pediatra y medico internista.  

Ramallo nació en Bolivia y llegó a los Estados Unidos a los 14 años. En la clínica donde trabaja, la mayoría de los pacientes que atienden son hispanos. Ramallo dice que el 90% de sus pacientes hablan español.

En relación al COVID19, Ramallo aseguró que ha visto un impacto importante en algunos de sus pacientes: “Muchos de ellos trabajan en áreas esenciales, como lo es la construcción. A pesar que el gobernador de Wisconsin ha aconsejado a los pobladores quedarse en casa, ellos han seguido trabajando para proveer para sus familias. Para ellos no trabajar significa no tener ningún recurso económico ya que no califican a los apoyos de desempleo que el gobierno está dando”. 

Ramallo dijo también que varias personas con síntomas del COVID19 han llamado a la clínica preguntando qué hacer. Es entonces que, dependiendo de los síntomas, se les puede pedir que vayan a la clínica para realizarse una prueba y/o que se aislen alrededor de 10 días.

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“Muchas veces son los mismos empleadores los que ven a los trabajadores con síntomas, y les piden que ya no trabajan”, dijo el doctor. 

Los trabajadores sociales de las clínicas están en constante búsqueda, para informar a los pacientes sin documentos sobre qué servicios hay en la ciudad. Algunos de ellos son bancos de comida, organizaciones que pueden brindar servicios de guardería y que pueden ayudar a resolver problemas para pagar electricidad o servicios de agua.

El COVID19 está afectando al personal de salud en su clínica distintas maneras: “hay mucha presión en caso de que a los doctores les pueda dar el virus, y ellos mismos continúen propagándolo”. Hoy en día hay doctores y enfermeras que están quedándose en hoteles y casas rentadas, para disminuir el riesgo de contagiar el virus a sus seres queridos. 

Aunque el personal de salud está viviendo momentos difíciles, Ramallo afirmó que hoy en día su “mayor preocupación” son las familias indocumentadas: “no hay suficientes beneficios económicos y sociales para estas comunidades, que son las más vulnerables”.

Pregunté al Dr. Ramallo que es lo que le gustaría ofrecer a sus pacientes, a lo que contestó: tratamiento efectivo en cualquier clinica del país y que el test del COVID19 sea accesible y gratuito para todos. 

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Andrea Arzaba es una periodista independiente que actualmente reside en Washington DC. Tiene una maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown. Ha reportado desde toda América Latina para Transparencia Internacional, Proceso,…

Andrea Arzaba es una periodista independiente que actualmente reside en Washington DC. Tiene una maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown. Ha reportado desde toda América Latina para Transparencia Internacional, Proceso, Animal Político, 100Reporters y palabra.