Sequía Sin Fin
Exceso de calor pone en riesgo la supervivencia alimentaria de los zacatecanos, lo cual puede fomentar la migración. Tras años de sequía e inusuales cambios del clima, en Zacatecas se avecina un futuro incierto para productores y agricultores en una región clave para el suministro alimentario en México
Nota del editor: Alrededor del mundo, los campesinos y sus comunidades han comenzado a adaptarse a los efectos del cambio climático. En el estado de Zacatecas en México, las ricas tierras agrícolas han estado sujetas a sequías cada vez mayores. Como resultado, hay tantos zacatecanos viviendo en los Estados Unidos como en el mismo estado. Esta historia es parte de una serie sobre el impacto del cambio climático en comunidades vulnerables.
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Lea aquí sobre cómo unas comunidades vulnerables en Stockton, en la región del delta de California, se han organizado para adaptarse a un entorno cambiante.
Lea aquí sobre cómo los activistas en Filadelfia están trabajando con los líderes locales para combatir el calor excesivo en vecindarios de bajos ingresos y sin árboles.
“Nos cambió la época de siembra. Las lluvias ya no llegan cuando las esperamos. Antes, en los últimos días de mayo ya teníamos la siembra, y a primeros de junio ya andábamos escardando. Ahora (en julio) apenas acabamos de sembrar”, comentó el productor de frijol, Sergio Morales Mireles, en el municipio de Sombrerete, Zacatecas, a 660 kilómetros de la capital de México.
Sergio es un hombre de 65 años, con su bigote ancho y característico, conocido en su comunidad por siempre estar trabajando en el campo, como lo han hecho sus abuelos, bisabuelos, y las generaciones detrás de ellos. Él es uno de los miles de agricultores que se están enfrentando, sin armadura, a uno de los monstruos más temidos de nuestro tiempo: el cambio climático.
Para los que trabajan la tierra en el estado de Zacatecas, los efectos del cambio climático pueden significar no tener que comer y no brindar sustento para la familia, sin preparación alguna para sobrellevar y adaptarse a la nueva realidad en donde sus conocimientos han quedado atrás, ya que las estaciones de los cultivos han cambiado, y son impredecibles.
México necesita impulsar estrategias de mitigación, adaptación, y atención a los efectos del cambio climático que involucra a autoridades federales, municipales, locales, productores, científicos, y el uso de tecnología; sobre todo en las zonas más vulnerables.
Asimismo, se requiere aprovechar las capacidades desarrolladas para otros objetivos (como la gestión del riesgo de desastres) conectando el tema climático con las acciones de desarrollo, y promoviendo un ordenamiento ambiental y planificado del uso del territorio, indicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La Subsecretaría de Agricultura de México dice que la sequía del 2019 fue “tan fuerte” que la producción de granos básicos se vio afectada. La producción del frijol registró una pérdida de casi 25 por ciento de la siembra en el ciclo primavera/verano. Zacatecas es uno de los estados en la producción del frijol, donde vieron registrado un julio más seco desde el 2011.
Más sequía, menos siembra
Para los mexicanos, además del maíz, el frijol es la base de la alimentación. Esta legumbre representa una importante proteína para los habitantes, sobre todo aquellos de las regiones más pobres de la nación.
Zacatecas es mejor conocido internacionalmente como un importante minero de plata. También es el principal productor de frijoles de México. El setenta por ciento de la producción de semillas se cultiva en granjas que dependen de los ciclos de lluvia para el riego.
Desafortunadamente, la producción del frijol ha sido uno de los cultivos más afectados por los efectos del cambio climático en el estado, como lo es el aumento de temperatura, el cual ha traído sequía.
México ha incrementado su temperatura entre 1.2 y 1.7 grados celsius desde el 2014. Durante la primera mitad del mes de junio del 2020, se registraron condiciones anormalmente secas en más del 41 por ciento del territorio zacatecano, según datos del Monitor de Sequía en México del Sistema Meteorológico Nacional,
A medida en que el clima continúe cambiando de manera acelerada, las sequías y las olas de calor serán más intensas en los estados de Zacatecas, Durango, San Luis Potosí, Chihuahua, y Guanajuato. Los patrones de precipitación variarán más, y los productores y agricultores como Morales Mireles son los que verán de primera mano las consecuencias.
El académico Baudelio Rodríguez González, de la Unidad Académica de Ciencias de la Tierra de la Universidad Nacional Autónoma de Zacatecas, explicó que los calores excesivos incrementarán los terrenos estériles y acelerarán las olas de frío al igual que los brotes de plagas. “La escasez de lluvia como sequía meteorológica está abriendo un hueco muy grande que a largo plazo puede originar un desierto en Zacatecas”, agregó.
“El año pasado (2019) nos fue mal. La fuerte sequía que afectó al país desplomó los cultivos de frijol. Muchos solo sacamos para comer”, comentó Morales. Más de 300,000 hectáreas de frijol y maíz no fueron sembradas en los campos zacatecanos, informó el diario mexicano La Jornada.
Morales dedicó solo cuatro hectáreas al cultivo del frijol negro para la cosecha del 2020. “Lamentablemente se adelantaron las heladas y la cosecha se fue para abajo”. Además, manifestó que, a pesar del apoyo federal a los productores para evitar que se deje de sembrar frijol y salvaguardar el abasto a millones de mexicanos, él no se ha beneficiado de las ayudas. “Los préstamos del gobierno son para unos cuantos; sus seguidores”.
Trabajar en “el otro lado”
“Dejar de sembrar frijol es muy preocupante porque del frijol y del maíz es de lo que vive uno. En esta región semiárida, no hay mucho trabajo. Muchos se van para el otro lado (EE.UU.)”, dijo Rodolfo Martínez, de 60 años, productor del frijol pinto saltillo y maíz orgánico en el municipio de Chalchihuites, ubicado a 219 kilómetros de la capital zacatecana.
El cambio climático podría detonar el desplazamiento de miles de personas dentro del territorio nacional y a través de las fronteras internacionales, si no se actúa con urgencia para evitar una situación extrema que acabe con el bienestar social de pequeños productores y sus familias.
Migración hacia los EE.UU no es algo nuevo para los Zacatecanos. A nivel nacional, Zacatecas ocupa el tercer lugar en migración internacional a EE.UU., indicó el Anuario de Migración y Remesas 2020. del Consejo Nacional de Población. Según el anuario, las concentraciones más altas de inmigrantes zacatecanos se encuentran en los estados de Texas, California, Illinois, Colorado, y Oklahoma.
Según Martínez, el exceso de calor no solo pondrá en riesgo de desaparecer las siembras de una de las semillas básicas en la dieta de los mexicanos, sino que “enraíza más la cultura de la migración en la región (centro norte del país)”. Por tal razón, su hijo Gonzalo, de 27 años, planea ir a trabajar a los Estados Unidos para invertir en el rancho, antes de que les afecte más el cambio climático.
“Desde hace cinco años que me gradué de ingeniero agrónomo, he batallado para encontrar empleo. Trabajo con mi papá; siembro y manejo el tractor. Estamos bien tantito, y para los otros meses ya no hay nada”, expresó Gonzalo, el hijo menor de Martínez, casado y padre de dos menores de edad.
De la misma manera manifestó su preocupación por las sequías y recordó que hace cinco años una plaga de gusanos acabó con todos los cultivos de frijol y maíz orgánico que sembraron. Gonzalo Martínez atribuye la pérdida de esos cultivos a los efectos del cambio climático y al uso indiscriminado de sustancias químicas que han empleado otros agricultores en la región.
También expresó que para sacar la cosecha del 2020, varios productores “han batallado” porque los jornaleros agrícolas no quieren trabajar por temor a contagiarse del Covid-19; varios de ellos incluso han dado positivo por no tomar medidas. “Esto no ha golpeado tanto a la región, lo que sí nos pegó otra vez fue la falta de lluvia. Ahora con más ganas, trabajaré en mi plan de ir a trabajar a los Estados Unidos”.
“Los estados de Colorado y Texas son la mejor opción para irme a trabajar por sus grandes ranchos. A mi regreso podré duplicar todas las técnicas que aprenda para minimizar el impacto del calor inusualmente intenso y combatir de mejor manera las plagas en nuestros cultivos orgánicos”, expuso Gonzalo. “Si llegamos a esa situación extrema tendríamos que dejar de ser agricultores. La gente de nuestra región correría para los Estados Unidos; no se quedarían a morir de hambre”.
Un migrante de Zacatecas que trabaja en Estados Unidos es Jorge Cervantes, de 20 años. Él está en su segundo año de trabajo en la cosecha de manzanas en el estado de Washington. Cervantes dejó sus estudios universitarios tras obtener una visa temporal H-2A especial para trabajadores agrícolas. “Vivir y trabajar en los Estados Unidos es una gran experiencia. Económicamente me va bien. Cada mes envío $400 a mis papás y tengo la oportunidad de regresar a mi tierra donde cada vez es más difícil sembrar maíz.”
Según Cervantes, “aunque los tiempos han cambiado”, “migrar -temporal o permanente- a otro estado o país es la única opción para muchos mexicanos que buscan una mejor vida o cuando los campos se secan”.
Durante su tiempo en Estados Unidos observó la gran diferencia en el apoyo del gobierno a los agricultores. Comentó que en México las familias agricultoras carecen de medidas proteccionistas, subsidios y apoyo tecnológico, a pesar de tener que preocuparse sobre los efectos del cambio climático, como también lo hacen los agricultores de países más desarrollados.
“Los agricultores estadounidenses tienen aseguradas sus cosechas en cada ciclo de producción contra diferentes riesgos ocasionados por el cambio climático, por lo que no pierden todo. En México no hay ese apoyo, simplemente se pierde la cosecha y te fregaste”, enfatizó Cervantes. “Mi meta no es aprender técnicas de cultivo, sino seguir como trabajador agrícola para ahorrar suficiente dinero para crear mi propio negocio de compra y venta de tractores y maquinaria agrícola”.
El académico Rodríguez indicó que mucha gente, víctimas de las sequías en ciertos ciclos, abandonan sus tierras y emigran a los Estados Unidos. Es común observar que años después, varios de ellos regresan para adquirir y trabajar las mismas tierras, contratando a personas de otros estados. “Lamentablemente importan cultivos como el jitomate y la zanahoria, que son más rentables que el frijol o el maíz, (pero) que están impactando recursos como la extracción de agua”.
“De seguir la falta de agua y las sequías, hay un peligro que en 30 años las migraciones en la zona centro norte del país sean no solo por atraso económico sino por la destrucción de los suelos, de los mantos acuíferos porque será muy difícil que la gente siga viviendo en tales regiones”, dijo a palabra. Rodolfo García Zamora, investigador en políticas públicas de migración y desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Adaptación al cambio climático
La migración como fenómeno, es una estrategia de adaptación para hacer frente a los efectos del cambio climático. Este tipo de migración se caracteriza por las desigualdades que estos desplazamientos esconden, según muestra el documental Huir del Clima de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, España.
El informe Groundswell: Prepararse para las migraciones internas provocadas por impactos climáticos, del Banco Mundial proyecta que, si los impactos del cambio climático no son tan fuertes, para el 2020 podría haber entre 1,4 y 2,1 millones de “migrantes climáticos internos” en México y Centroamérica. En un escenario más pesimista, podría alcanzar los 3,9 millones, lo que representaría el 1,9% de la población de la región.
Si bien el reporte se centra en la migración interna, el organismo internacional reconoce que “los migrantes climáticos internos no necesariamente se detienen en las fronteras”. El cambio climático puede inhibir o impulsar la migración transfronteriza, en función de una serie de factores que llevan a las personas a decidir trasladarse, dice.
“Sembrar a la voluntad de Dios”
A fin de minimizar algunos efectos del calentamiento en las regiones áridas y semiáridas mexicanas, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México inició en junio de 2020 la construcción de infraestructuras a fin de fomentar el desarrollo productivo de esas zonas. En Zacatecas construyeron dos líneas de conducción de agua para regar 280 hectáreas de cultivo y obras complementarias para una presa.
Sin embargo, el productor de frijol, Sergio Morales, aseguró que las autoridades no les “hablan” de las consecuencias del cambio climático ni cómo combatirlo. “Las autoridades no vienen a las comunidades ni a los ejidos a informar, capacitar, o concientizarnos sobre cómo detener el cambio climático. Uno como pequeño productor siembra a la voluntad de Dios”.
Expresó que muchos productores están más preocupados en conseguir el sustento para sus familias y para sembrar, por lo que no hablan del cambio climático ni se cuestionan el por qué no llueve. “De presentarse los impactos del cambio climático nos van a agarrar como el mentado COVID-19, de sorpresa, y no sabremos cómo salir adelante o cómo combatirlos”, comentó Morales.
“Es importante informar a la gente para que se preparen y tengan una adaptación en todo sentido comenzando con medidas productivas'', indicó Rodríguez. Ellos necesitan tener claro que el cambio climático es un peligro real”.
“Estamos construyendo una bomba de tiempo que va a acabar con la naturaleza e inclusive con la humanidad”, dijo García.
“Tenemos que actuar ahora o será demasiado tarde. Como agricultores y ciudadanos debemos hacer conciencia de los efectos del cambio climático; echarnos la mano y al medioambiente”, comentó Gonzalo.
La erosión del suelo fértil, la contaminación del aire, la deforestación de los bosques son temas que viven día con día en el campo zacatecano.
“Más que introducir semillas o granos resistentes al cambio climático, se necesita buscar la adaptación al cambio climático como un mecanismo de prevención para anticipar oportunamente las amenazas en los modos de vida de las personas, los recursos naturales, los servicios ambientales, y las actividades productivas y económicas, que no solo disminuye la vulnerabilidad, sino que motive la inversión en infraestructura”, dijo Rodríguez.
“Una alternativa”, señaló Gonzalo, “sería empujar la agricultura sustentable o introducir variedades de nuevas semillas orgánicas mejoradas. No semillas transgénicas porque requieren el uso de pesticidas que generan daño al consumidor y al medio ambiente”.
El informe Treinta años de transgénicos en México del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM) refiere a que entre el 2005 y el 2017, solo cuatro lugares (Ciudad de México, Guerrero, Oaxaca, y Tabasco) no obtuvieron permiso para la siembra o distribución de productos transgénicos. Zacatecas es uno de los 17 estados donde la presencia de cultivo transgénicos se encuentra en fase experimental.
El uso de organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos, en México y el mundo, se presenta en la actualidad como “una alternativa para enfrentar la crisis climática” que afecta las cosechas y la producción de alimentos, muestra el informe del CECCAM. Quienes siembran transgénicos en territorio mexicano lo hacen en áreas donde existen las mejores condiciones de infraestructura.
“Me gusta cuando veo verde la siembra, el agua correr, los arroyos con el agua bonito; pues quisiera, como dijo Vicente Fernández (cantante mexicano de música ranchera) que se regresara el tiempo, que no se acabará porque a veces uno se siente como que se le caen las alas cuando no llueve”.
Zacatecas es una muestra del cambio climático definitivo, que en los próximos años modificará México, Centroamérica, Sudamérica, y la faz de la tierra con una serie de reacciones en cadena.
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Julieta Pelcastre es una periodista con más de 23 años de experiencia en reportajes de investigación. Sus artículos han salido en numerosas publicaciones relacionadas con política, migración, corrupción, narcotráfico, seguridad, y defensa, incluyendo Periodistas por la Transparencia, 100Reporters, el Los Angeles Post-Examiner, Diálogo-Americas, Mundo Hispánico, y Ahora Sí.