Fuera de la zona de confort
Cómo el periodismo ha ayudado a moldear mi identidad mixta
Nota del editor: Este ensayo de la serie “Ser Real” forma parte de la iniciativa “Por más periodistas LGBTQIA+ en las noticias” del Comité LGBTQIA+ de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos, palabra y GLAAD el cual busca compartir las historias y la importancia de contratar a más periodistas queer en los medios de comunicación. En cada ensayo se respetó el criterio personal de cada autor en el uso de lenguaje inclusivo.
Crecí en una congregación protestante. Mi perspectiva sobre la iglesia y la fé cristiana durante mis años universitarios no fue positiva. Me distancié de mis creencias religiosas una vez salí del armario y comencé a explorar mi sexualidad, pues estaba bajo la impresión de que la homosexualidad y la cristiandad no eran sinónimos.
En el 2021 investigué para un periódico estudiantil cómo el mantenimiento y la renovación de las iglesias locales habían disminuido ante la falta de recursos económicos. Esta carencia las obligó a reimaginar y reinventar sus espacios.
En los meses previos a comenzar el proyecto sentí nervios al entrevistar a los líderes de la iglesia. Temía a la homofobia por mi identidad LGBTQIA+. Sin embargo, ir a la iglesia United Church of Chapel Hill cambió mi percepción.
‘Esta travesía no tan solo ha revelado cuán compleja es mi identidad, sino que ha retado todos los estereotipos que tenía preconcebidos sobre mi sexualidad y religiosidad’.
A pesar de lo que se tiene preconcebido sobre la religión, por lo menos la mitad (46.7%) de los adultos LGBTQIA+ son religiosos, de acuerdo a un reporte de 2020 de la UCLA School of Law’s Williams Institute. Pese a la gran cantidad de personas queer que se identifican como religiosas, no es tan común que divulguen su orientación sexual, contrario a las personas heterosexuales. Entre adultos jóvenes, como yo, de 18 a 24 años, solo el 38.5% se identificaban como religiosos.
En la United Church of Chapel Hill, el pastor Cameron Barr recibía a miembros de las comunidades LGBTQIA+ con brazos abiertos. Varios miembros del clero se identificaban como parte de la comunidad. En lugar de enfrentar represalias por ser personas queer y latinx, el pastor me ayudó a mí y a mis colegas a contar la historia.
Me senté frente al pastor, el cual estaba casado con otro hombre practicante del cristianismo. Me habló sobre su esposo durante la entrevista mientras estábamos sentados en el interior de la iglesia rodeados de banderas arcoíris en honor a las comunidades LGBTQIA+.
Estaba perplejo. Había entrado finalmente a un espacio donde se aceptaba y apoyaba mi sexualidad. Luego de terminar la entrevista, me marché y encontré un nuevo sentido de valentía y fuerza. Por primera vez, mi sexualidad y mi fé podían coexistir en mí; una sensación con la que tanto había batallado.
Visitar esa iglesia me permitió abrazar mi sexualidad y mi religiosidad. Me permitió reconocer que ambos aspectos de mi vida podían coexistir. Comencé a entender que no todas las personas religiosas eran homofóbicas y que podía practicar mi religión sin amarrarme a la tradicional heteronormatividad.
Mientras reflexiono sobre el impacto de mi trabajo periodístico recuerdo cuán transformador puede ser salir de la zona de confort. Esta travesía no tan solo ha revelado cuán compleja es mi identidad, sino que ha retado todos los estereotipos que tenía preconcebidos sobre mi sexualidad y religiosidad.
Según incremente la presencia de periodistas latinxs y queer en los medios de comunicación, se romperán estereotipos, repelerá conclusiones erradas y reflejará más asertivamente a comunidades diversas: como los queers que nos identificamos como religiosos a pesar de los estereotipos de la sociedad.
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