Mi Acento, Mi Identidad
Ella fue una adolescente embarazada. Mucha gente le dijo que su origen y su acento limitarían su carrera periodística. Hoy Liliana Soto es una reconocida periodista de investigación en Arizona, tiene nueve Emmys decorando su casa y decenas de seguidores.
Apolinar Sosaya, un vendedor ambulante de 75 años en Phoenix, Arizona, probablemente nunca pensó que escucharía su voz y sus palabras emitidas en español en la televisión de Estados Unidos. El vendedor de paletas, al que le robaron los 300 dólares que pensaba usar para comprar su medicina para la diabetes, se convirtió en uno de los personajes humildes cuyas historias han sido llevadas al aire en Arizona por Liliana Soto, reportera de investigación de ABC15.
Ampliar las voces de las personas subrepresentadas era el sueño de Soto cuando fue aceptada en la Facultad de Periodismo Walter Cronkite en la Universidad Estatal de Arizona. Su objetivo era sacar a la luz a las personas que se parecían y hablaban como su padre, un agricultor guatemalteco que emigró a México cuando apenas tenía 12 años. O personas como sus vecinos de Maryvale, el barrio culturalmente rico y diverso de Phoenix, donde Liliana se instaló hace 17 años después de dejar Caborca (Sonora) en México.
En la universidad, un profesor intentó encasillarla. Soto recuerda que le dijo: "Tienes una gran presencia ante la cámara, lo harás muy bien en las noticias en español. Pero con tu acento, nunca lo lograrás en los noticieros en inglés".
Esas palabras la atormentaron, dijo, a pesar de que sobresalió en la universidad y se graduó magna cum laude.
Hoy es difícil pensar que su carrera tenga límites. Basta verla durante su charla TED Talk.
Soto se crió en el pequeño pueblo de Pitiquito, en el norteño estado mexicano de Sonora, al otro lado de la frontera con Arizona. Como la mayor de cuatro hermanos, se esperaba que fuera el modelo a seguir. En lugar de ello, huyó con su novio a Lompoc, California, para evitar enfrentarse a la decepción que creía que su embarazo adolescente supondría para sus padres. Más tarde dejó a su novio maltratador y se abrió camino sola en Estados Unidos.
A sus 36 años ha sido galardonada con nueve premios Emmy por sus reportajes, en los que ha convertido su acento, sus conocimientos lingüísticos, y su experiencia bicultural en sus mejores aliados. Además, es la orgullosa madre de Andrea, de 18 años, quien está escogiendo la universidad en la que estudiará en otoño.
"Les dije a los tres miembros del comité de selección que mi acento era mi debilidad. Ahora sé que mi acento es mi punto fuerte".
Al terminar su charla Ted, Soto dedica su historia a la trabajadora social que la ayudó a construir la tenacidad que la impulsó a seguir adelante, a pesar de las adversidades. Ese es el apoyo que todo el mundo necesita.
"Si ayudas a alguien, puede ser alguien como yo, que ni siquiera sabía que existían las puertas", dice Soto.
La verdadera lucha
Lejos de los focos televisivos, Soto es sincera al confesar que "gente buena" le ha abierto el camino. Aquellos que "me han animado, en lugar de decirme lo que no puedo hacer", dice.
Con una sonrisa de inmensa gratitud, describe a su jefe como una de esas "personas buenas".
En lugar de esconder su voz y obligarla a cambiar su identidad, su editor le proporcionó un instructor para que aprendiera "los trucos de dónde colocar la lengua al decir la th o la d, como un niño que está aprendiendo fonética".
Esto sirvió para suavizar su "entonación cantarina por la que enfatizaba ciertas palabras que hacían difícil entenderla", dijo Mark Casey, director de noticias en ABC15.
"Lily es una persona única, trabajadora y apasionada, y tenemos suerte de contar con ella ", dijo Casey en una entrevista con Palabra, dos días antes de jubilarse tras más de 40 años en el periodismo. El esfuerzo de la estación por sacar lo mejor de Soto no fue al azar, dijo Casey. Describió un empeño intencional por reflejar, para la audiencia de Arizona, la diversidad de la comunidad.
"Cuando tuve la entrevista para el puesto en ABC15, le dije a los tres miembros del comité de selección que mi acento era mi debilidad. Ahora sé que mi acento es mi fuerza", dijo Soto. En sus reportajes habla de paletas y pan dulce en español. Al aire pronuncia México y no Mex-iii-co. Ha logrado además que los presentadores del telediario se esfuercen por seguirla y pronuncien su nombre como se debe: Soto.
Los elogios ahogan las quejas
Desde luego, hubo algunas reacciones del público. Esto sigue siendo Arizona.
"Los reportajes de Lili trajeron más comentarios positivos que negativos", dijo Casey, dando un gira amable a las reacciones del público que se dividieron entre quienes pedían "mandarla de vuelta a México" o quienes dijeron tener “dificultad en entenderla". ABC15 decidió filtrar los comentarios de odio en línea dirigidos contra Soto. A pesar de todo, dijo Casey, los índices de audiencia han subido desde que la estación decidió dedicarse en serio a cubrir la diversidad de la comunidad de Arizona. Atribuye el éxito a Soto - y a la contratación de varios otros periodistas no anglosajones -, ya que el canal se ha beneficiado de una mayor conexión con su audiencia.
Fue Marcelino Quiñónez, el instructor contratado para trabajar con Soto, quien la instruyó para que fuera fiel a su voz, con acento y todo.
"Nunca sonarás como una persona de Iowa; sonarás como Lili", dijo Soto, repitiendo lo que Quiñónez le había enseñado. Recuerda estar en su oficina gritando: "Soy Lili. Soy una inmigrante mexicana, y éste es mi acento. Éste es el acento de Lili. Ésta es mi identidad".
Es la misma identidad que respira cuando conduce cinco horas hacia el sur para visitar a su familia en el norte de México. Es la identidad que abraza cuando recuerda el amor de su padre por el trabajo agrícola, disfrutando de la tierra y sus frutos. Es la identidad que admira en su madre que mientras trabajaba como enfermera, estudió y se licenció en derecho en México. Es la identidad que Liliana forjó trabajando simultáneamente en tres empleos sin saber hablar inglés para criar a su hija. Y es la identidad profesional que construyó, primero informando en español, como periodista multimedia en Texas para Univisión Austin; como presentadora y reportera de fin de semana en Univisión Arizona; como corresponsal de los noticiarios Primera Edición y Conexión Texas; y como periodista independiente para la cadena NBC Universal-Telemundo.
En el camino aprendió el valor de su identidad y sus habilidades periodísticas. Liliana describió un encuentro aterrador con una persona de recursos humanos: "Me arrinconó y me dijo: firma esto o estás fuera". Se trataba de un nuevo contrato de dos años que no incluía un aumento de sueldo. Renunció en ese momento, desafiando la presión de perder al día siguiente el seguro médico de su hija.
Soto se propuso encontrar un trato mejor, y lo hizo, viendo cómo su sueldo creció un 50% y sus dotes de periodista investigativa fueron reconocidas. Como periodista multimedia estaba tan acostumbrada a hacerlo todo sola, que se sorprendió y se alegró cuando le asignaron un videógrafo para trabajar con ella.
"Cuando trabajaba como periodista multimedia, soñaba con grabar mi ‘standup’ caminando".
Ese sueño se ha cumplido, y ahora trabaja para hacer realidad otros. Un día, dice, será profesora de periodismo. También escribirá su libro, y se convertirá en corresponsal nacional, en inglés y en español.
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