Sheinbaum rompe el techo de cristal y se compromete a seguir el legado de su predecesor

 

"Soy madre, abuela, científica y mujer de fe y, a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos", dice Claudia Sheinbaum en su primer mensaje después de la ceremonia de protesta en el Congreso, en la Ciudad de México, el 1 de octubre de 2024. Foto de Omar Ornelas/El Paso Times

 

La primera presidenta de México asegura que seguirá con las reformas iniciadas por su antecesor; algunos analistas esperan un toque más suave en las relaciones con Estados Unidos.

Nota del editor: Este reportaje es una colaboración de Puente News Collaborative y palabra. Puente News Collaborative es una sala de redacción bilingüe sin fines de lucro, convocante y financiadora dedicada a noticias e información de alta calidad, y basada en hechos de la frontera entre Estados Unidos y México.

Wendy Selene Pérez contribuyó con una edición adicional.

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CIUDAD DE MÉXICO, México — Cuando llegó la pandemia de la Covid-19, la entonces jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, reconvirtió rápidamente el centro de seguridad pública de la capital mexicana, el C5, en un espacio para manejar llamadas de emergencia y coordinar asistencia médica.

Las cámaras de vigilancia del C5, que anteriormente se utilizaban para monitorear el tráfico y la delincuencia, se reenfocaron para guiar a las ambulancias a través de las extensas y laberínticas calles de la ciudad. La estrategia garantizó que los vehículos de emergencia pudieran llegar rápidamente a sus destinos para transportar pacientes al hospital o clínica más cercana.

“Cuando llegamos al C5, ya había un mapa grande de la ciudad, y se podían ver puntos iluminados que mostraban la ubicación de todas las ambulancias de diferentes organizaciones”, recordó Carlos Mackinlay, entonces secretario de Turismo de la Ciudad de México, quien ayudó a coordinar esos esfuerzos de logística médica. "Incluso podías comunicarte con las ambulancias para saber por qué se detenían o si necesitaban equipo adicional".


‘Una mujer con profundas convicciones sociales y políticas’.


La rápida respuesta de Sheinbaum a la crisis sanitaria a principios de 2020 ha generado esperanzas en millones de mexicanos de que aportará una eficiencia pragmática similar al gobierno nacional tras convertirse en la primera mujer presidenta del país.

Sheinbaum ganó las elecciones en junio por una mayoría aplastante, con 59% de los votos emitidos. Su partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) también controla el Congreso de la Unión y más de dos tercios de los 32 gobiernos estatales.

Muchos de los que han trabajado de cerca con la nueva presidenta destacan su actitud exigente y orientada a resultados, dos características que probablemente perfeccionó a lo largo de su carrera académica centrada en ciencias y tecnología.

 

Claudia Sheinbaum,en el zócalo de la capital de México, se dirige a sus simpatizantes durante el cierre de su campaña a la presidencia. Foto de Omar Ornelas/El Paso Times

 

Sheinbaum, de 62 años, es doctora en Ingeniería Energética por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y realizó estudios posdoctorales en la Universidad de California, Berkeley. Contribuyó con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático que ganó el Premio Nobel de la Paz en 2007.

“Es organizada y estructurada. Lleva a cabo reuniones ejecutivas cortas con órdenes concretas, precisas y demandas claras”, dijo Mackinlay. También es “una mujer con profundas convicciones sociales y políticas”, agregó.

Sus opositores cuestionan si, pese a sus credenciales administrativas, la nueva presidenta podrá ―o estará dispuesta― a salir de la sombra del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, su mentor político.

Ya sea por obligación o por convicción, lo más probable es que Sheinbaum marche al ritmo de su predecesor, al menos al inicio de su administración.

Sheinbaum ha respaldado las prioridades políticas clave de López Obrador a lo largo de su carrera política. Entre ellas, la reducción de la participación del sector privado en el sector energético y la promoción de un papel importante del Estado en el alivio de la pobreza.

"Soy parte de un movimiento social", declaró orgullosa Sheinbaum en un documental de 40 minutos sobre su vida.

 

El presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, y la actual presidenta Claudia Sheinbaum, levantan las manos durante la ceremonia de toma de posesión. "Hoy sabemos que las mujeres podemos ser presidentas y con ello hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta, con ‘A’ al final", dice Sheinbaum en su primer discurso. Foto de Omar Ornelas/El Paso Times

 

Una renovada postura contra Washington y una serie de cambios constitucionales realizados en septiembre, incluidas reformas que aumentan el control político del Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo sobre el Poder Judicial, así como el traslado de las fuerzas de seguridad federales a mandos militares, tienen ansiosos a muchos, tanto en el país, como en el extranjero.

Como resultado, algunos analistas consideran que Sheinbaum comenzará su mandato de seis años con una mano atada a la espalda y una capacidad de maniobra fuertemente limitada.

“López Obrador no solo eligió a Claudia”, dijo Lila Abed, directora del Instituto México del Wilson Center, con sede en Washington. “También seleccionó a muchos de los actuales diputados, senadores y gobernadores que le son leales a él, no necesariamente a ella”.

Muchos mexicanos, incluido el propio López Obrador, creen que ella no cambiará de rumbo como presidenta, en parte porque esa no es su convicción. Ciertamente, Sheinbaum se identifica como una política de izquierda arraigada en la misma visión nacionalista y contra las fuerzas del mercado que López Obrador ha defendido durante mucho tiempo.

“Algunos piensan que una vez que me vaya las cosas volverán a ser como antes, o que el gobierno será más fresa (con un estilo más suave)”, dijo López Obrador en una reunión con medios reciente. “No, no, no. Aprovecho esta oportunidad para advertirte que yo soy el fresa”.

 

El presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, se despide del cargo durante la ceremonia de toma de posesión de la primera presidenta en México, Claudia Sheinbaum. Foto de Omar Ornelas/El Paso Times

Un hombre sostiene un cartel en apoyo a Andrés Manuel López Obrador durante su último día en el cargo como presidente de México, el día 30 de septiembre de 2024. Foto de Omar Ornelas/El Paso Times

 

No es sorprendente que Sheinbaum enfrente un escepticismo generalizado entre sus oponentes y quienes defienden la democracia. Algunas de esas dudas se derivan de las polémicas decisiones que tomó como jefa de gobierno de la Ciudad de México, entre 2018 y 2023.

Su manejo de la pandemia de la Covid-19 fue elogiado ampliamente. Sheinbaum cerró negocios, centros culturales, instalaciones deportivas e iglesias y lugares de culto. Instó a las personas a quedarse en casa para evitar contagios y a usar cubrebocas en público, una precaución que ella misma adoptó, aunque López Obrador no lo hizo. Para evitar sobrecargar el sistema de atención médica, Sheinbaum aconsejó a las personas con síntomas que enviaran un mensaje de texto a una línea directa para obtener orientación antes de ir a un hospital.

Pero su administración también distribuyó casi 200.000 botiquines médicos que contenían ivermectina, un medicamento que se usa más para tratar parásitos animales, a personas que eran positivas al coronavirus. A estos individuos no se les informó que formaban parte de una cura experimental que más tarde resultó ineficaz.

Un enojo contra ella se desató después de que una sección de una línea elevada del Metro colapsó en el sur de la Ciudad de México, matando a 27 pasajeros e hiriendo a 98. Sheinbaum trató de retener partes políticamente perjudiciales de un informe independiente que había encargado para investigar el desastre.

El informe de un grupo noruego atribuyó la tragedia principalmente a las malas técnicas de construcción y a la falta de supervisión de una administración anterior, la del futuro secretario de Economía, Marcelo Ebrard. Aun así, el informe también culpó a la administración de Sheinbaum por no realizar las revisiones de mantenimiento adecuadas que hubiesen podido evitar la tragedia.

 

Simpatizantes de la entonces candidata presidencial Claudia Sheinbaum asisten al cierre de su campaña presidencial en el zócalo el 29 de mayo de 2024. Foto de Omar Ornelas/El Paso Times

 

¡DEMOCRACIA YA!

El activismo político de izquierda de la nueva presidenta comenzó desde que estaba en la cuna.

Sus padres, hijos de judíos de Europa del Este emigrados a México desde Lituania y Bulgaria a principios del siglo XX, participaron en el Movimiento Estudiantil de 1968, que exigía una mayor apertura política. El gobierno mexicano reprimió ese movimiento. El Ejército masacró a decenas de manifestantes, en lo que se conoció como la matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de ese año.

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La propia Sheinbaum participó en movimientos sociales posteriores, como la larga y amarga huelga estudiantil que paralizó la UNAM durante seis meses, a finales de los años 80. Mientras estudiaba en Berkeley, Sheinbaum protestó en contra de la visita del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari a la Universidad de Stanford. Salinas impulsó políticas de libre mercado mientras y se resistió a reformas democráticas.

Durante esa manifestación, Sheinbaum sostuvo un cartel que proclamaba: "¡¡Comercio justo y democracia ya!!".

Su impulso activista podría plantear desafíos para el próximo presidente de Estados Unidos.

Por su parte, el expresidente Donald Trump, quien busca recuperar el cargo en las elecciones presidenciales el próximo 5 de noviembre, ha amenazado con imponer sanciones a artículos importados desde México, algo que violaría el tratado comercial que tiene con México y Canadá. El republicano también ha advertido que podría invadir México o bombardear los laboratorios de los cárteles de la droga a fin de tomar medidas drásticas contra el crimen organizado.

“Creo que eso está sobre la mesa y no creo que podamos tomarlo a la ligera”, dijo Abed.

Como presidente de 2017 a 2021, Trump utilizó esa retórica para obtener concesiones en materia migratoria de López Obrador y de su predecesor, Enrique Peña Nieto. ¿Cómo podría reaccionar Sheinbaum? Es difícil saberlo.

 

“Es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres”, dice la presidenta Claudia Sheinbaum en su primer discurso. Foto de Omar Ornelas/El Paso Times

 

Con los dos países compartiendo una frontera de más de 3.200 kilómetros, México es el mayor socio comercial de Estados Unidos y un aliado clave en el manejo de inmigrantes sin documentos y del tráfico de narcóticos.

Bajo la presión de Estados Unidos, México ha cooperado en la supresión de gran parte del tráfico de inmigrantes que van al norte desde Centro y Sudamérica, así como de otras partes del mundo. El caso de las drogas ha sido mucho menos exitoso.

Pero el aparente cambio de México hacia lo que los críticos ven como un Estado de partido único en la recta final del mandato de López Obrador, ha encendido las alarmas en Washington. Si no se atienden estas diferencias, la relación podría tensarse aún más entre Sheinbaum con la Casa Blanca y el Congreso, dijeron los analistas.

Aun así, una confrontación con Estados Unidos puede no estar en el interés de Sheinbaum o de México, ya que el vecino del norte no solo es el mayor socio comercial del país, sino también la principal fuente de inversión y remesas, los envíos de dinero que hacen los trabajadores mexicanos a sus familias que están en México y que ya suman más de 60.000 millones de dólares al año.

UNA ACADÉMICA, UNA CIENTÍFICA

Sheinbaum enfrenta circunstancias muy diferentes a las que tuvo López Obrador cuando asumió el cargo hace seis años, incluida una tesorería pública mucho más raquítica que la de entonces.

Al mismo tiempo que el gobierno saliente mejoró la vida de millones de personas con subvenciones estatales, López Obrador ha invertido enormes recursos en proyectos aún no rentables, como una nueva refinería de petróleo, un tren turístico en la península de Yucatán y un segundo aeropuerto poco utilizado en la Ciudad de México. Los dos primeros proyectos han costado dos o tres veces más de lo previsto originalmente y los tres requerirán subsidios para mantenerse a flote por muchos años.


‘Es una académica, una científica. Si nos fijamos en los nombramientos de su gabinete desde que ganó las elecciones, vemos un equilibrio entre la izquierda y la derecha, lo cerrado y lo abierto’.


Además, la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) es un caso complejo. A pesar de los más de 50 mil millones de dólares en rescates gubernamentales en los últimos seis años, destinados a impulsar la producción y la capacidad de refinación, la empresa ha perdido miles de millones de dólares, principalmente en sus operaciones de refinería.

Los recientes cambios constitucionales que afectan a la independencia del Poder Judicial amenazan con socavar la confianza de los inversionistas extranjeros en México, quienes son esenciales para el crecimiento económico y el alivio de la pobreza mexicana.

Por último, una serie de bandas criminales ha tomado el control de casi un tercio del territorio mexicano por medio de la extorsión y otras actividades que afectan a las comunidades locales.

Cerca de 30.000 personas han sido asesinadas cada año desde 2018, de acuerdo con el Consejo de Relaciones Exteriores, con sede en Nueva York, mientras que más de 52.000 personas han sido reportadas como desaparecidas y no localizadas durante los últimos seis años, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, un número que triplica la herencia del ex presidente Felipe Calderón.

 

“En nuestro gobierno garantizaremos todas las libertades”, promete Claudia Sheinbaum durante su primer discurso como presidenta de México. “Cualquiera que diga que habrá autoritarismo está mintiendo”. Foto de Omar Ornelas/El Paso Times

 

Muchos esperan que estas circunstancias obliguen a Sheinbaum a cambiar de rumbo, aunque sea ligeramente, del proyecto de López Obrador, que él caracteriza de manera romántica como la Cuarta Transformación de México. Incluso, si no quiere, argumentan los expertos, Sheinbaum debe caminar con cuidado para cumplir con su creencia declarada de que “gobernar es servir al pueblo”.

En su corazón, Sheinbaum “puede ser incluso más nacionalista e izquierdista que López Obrador”, dijo Duncan Wood, presidente de Consejo del Pacífico sobre la Política Internacional, un grupo de expertos enfocado en temas entre Estados Unidos y México.

Aun así, agregó, la realidad la puede hacer cambiar.

“Es una académica, una científica. Si nos fijamos en los nombramientos de su gabinete desde que ganó las elecciones, vemos un equilibrio entre la izquierda y la derecha; lo cerrado y lo abierto”, dijo Wood en una conferencia reciente en Austin, Texas. “Creo que vamos a ver a una presidenta que está más abierta diplomáticamente hacia Estados Unidos que su predecesor”.

Eduardo García estableció la oficina de Bloomberg en México en 1992 y la dirigió hasta 2001, supervisó la galardonada cobertura de la agencia en dicho país. En 2001, emprendió una nueva aventura al fundar su propia organización de noticias, Sentido Común. Durante casi 18 años guió a Sentido Común para convertirse en uno de los sitios web financieros más prestigiosos de México. Posteriormente, unió su empresa con la agencia local de noticias financieras Infosel, donde asumió roles como jefe de redacción y, más tarde, jefe de contenido. @egarciascmx

Alfredo Corchado es el director ejecutivo de Puente News Collaborative y excorresponsal de México y la frontera para The Dallas Morning News. Corchado es autor de los libros “Medianoche en México” y “Homelands”. @ajcorchado

Omar Ornelas es un fotoperiodista mexicano con sede en Ciudad Juárez, México. Durante los últimos 20 años, Ornelas se ha dedicado a fotografiar y reportar sobre temas de labor agrícola, educación, salud y vivienda en California, Texas y Arizona, así como la seguridad fronteriza y los flujos migratorios mexicanos y centroamericanos en la frontera entre Estados Unidos y México, para la red USA TODAY. @fotornelas

Dudley Althaus ha informado sobre México y Latinoamérica durante más de tres décadas como corresponsal. Comenzó su carrera en un pequeño periódico en la frontera entre Texas y México, y tuvo una destacada trayectoria de 22 años como jefe de la oficina en la Ciudad de México del Houston Chronicle. Después de cuatro años como corresponsal en México para The Wall Street Journal, como periodista independiente con sede en San Antonio, Althaus cubrió temas de inmigración y temas fronterizos para Hearst Newspapers. Ha cubierto todas las elecciones presidenciales mexicanas desde 1988, cuando comenzó la turbulenta transición de México a la democracia. @dqalthaus