¿Una nueva cura para viejos males en México?
Los mexicanos fronterizos esperan que la primera presidenta del país tenga éxito donde sus predecesores no lo han tenido
Nota del editor: Este reportaje es una colaboración de Puente News Collaborative y palabra. Puente News Collaborative es una sala de redacción bilingüe sin fines de lucro, convocante y financiadora dedicada a noticias e información de alta calidad, y basada en hechos de la frontera entre Estados Unidos y México.
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CIUDAD JUÁREZ – El tortuoso camino hacia un México más igualitario y democrático surgió por primera vez hace décadas en las calles arenosas de las comunidades fronterizas con Estados Unidos.
Las negadas victorias electorales de políticos, en su mayoría conservadores, en Ciudad Juárez, Matamoros, Tijuana y otras ciudades fronterizas, iniciaron un proceso que eventualmente condujo a que en el año 2000 el único partido que concentraba el poder nacional perdiera el control absoluto.
Ahora, después de 24 años de figuras masculinas de partidos políticos alternos ocupando la presidencia, muchos mexicanos dicen que aún no han encontrado lo que buscan.
Es por eso que muchos votantes —como Jesús Ávila, empleado en una pequeña empresa en Ciudad Juárez, al otro lado del Río Bravo desde El Paso— creen que es tiempo de darle la oportunidad a una mujer.
“Tengo fe en que ella, la próxima, será la buena”, dijo Ávila, refiriéndose a Claudia Sheinbaum, la candidata de 61 años, exalcaldesa de la Ciudad de México y acólita del populista presidente saliente Andrés Manuel López Obrador.
Sheinbaum tiene una ventaja de aproximadamente 20 puntos por encima de su oponente más cercana en una carrera de tres personas, de acuerdo con los resultados de una encuesta de Puente News Collaborative, una organización sin fines de lucro con sede en El Paso. Muchas otras encuestas preelectorales le dan relativamente la misma ventaja.
Xóchitl Gálvez, también de 61 años, es una emprendedora tecnológica y una política conservadora que creció en la pobreza en un hogar dirigido por un padre indígena. La encuesta de Puente le otorga a su coalición tripartita un 34% de apoyo.
El tercer candidato, Jorge Álvarez Máynez, del partido de centroizquierda Movimiento Ciudadano, tiene alrededor del 12% de la intención de voto entre los encuestados.
La encuesta de Puente —realizada por la firma Buendía & Márquez de la Ciudad de México y cofinanciada por el Centro para Estados Unidos y México del Instituto Baker de la Universidad Rice y el Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California, en San Diego— entrevistó a 1.000 personas de diversos grupos demográficos en sus hogares. La encuesta tiene un margen de error de +/- 3,5% y la muestra está ligeramente sesgada hacia las áreas cercanas a la frontera con Estados Unidos.
‘Como residente fronterizo que tiene una elección en su país natal y otra en mi nueva patria está cerca de la locura’.
Antes de este siglo, México nunca había conocido la democracia electoral. Durante la mayor parte del siglo XX la política mexicana estuvo dominada por el Partido Revolucionario Institucional, o PRI, una maquinaria que controlaba las oficinas públicas, desde la presidencia hasta los comandantes de las policías locales.
Este año, las elecciones nacionales de México coinciden con el voto presidencial de Estados Unidos, como ocurre cada doce.
Manuel Coss, de 30 años, dejará su trabajo el viernes en El Paso y conducirá más de 3 horas al sur para votar en su ciudad natal, Chihuahua, el próximo domingo. Y luego, dijo Coss, se preocupará por las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre.
“Como residente fronterizo que tiene una elección en su país natal y otra en mi nueva patria está cerca de la locura", dijo Coss. "En la frontera sentimos el impacto de ambos lados (tanto de Estados Unidos como de México)”.
La encuesta de Puente muestra que los mexicanos entrevistados favorecen a Joe Biden sobre Donald Trump como presidente de Estados Unidos, 69 % contra 11%.
Al igual que muchos habitantes fronterizos, a Coss le preocupa el lugar que ocuparán las bandas criminales en el futuro de México.
"Estamos en el lado equivocado de la historia", dijo Coss esta semana. "La violencia es mi principal preocupación".
El impulso de la democracia que comenzó a principios de la década de 1980 resultó en victorias negadas para la oposición en Chihuahua, el estado al oeste de Texas y Nuevo México, y en Tamaulipas, que abraza el sureste de Texas y el Golfo de México.
En 1988, el gobierno federal en manos del PRI se negó a realizar un recuento de votos que muchos creían que habría dado la presidencia al izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas. El candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, fue declarado ganador y pronto negoció un tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá que industrializó el norte de México.
En 1989, el PRI reconoció la victoria del Partido Acción Nacional (PAN) en los comicios para gobernador en Baja California, en la frontera con Estados Unidos, y se convirtió en la primera entidad ganada por la oposición en décadas de dominio priista.
A nivel federal, el PRI volvió a ganar la presidencia de México en 1994 solo por un ligero margen de diferencia, pero su poder se erosionó rápidamente a medida que se aceleraban las fuerzas democráticas. Más tarde, en esa misma década, Cárdenas se hizo de la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y los partidos de oposición por primera vez despojaron al PRI de su mayoría absoluta en el congreso nacional.
Vicente Fox, un ejecutivo de negocios y entonces candidato del PAN de Gálvez, ganó la presidencia en 2000. Y fue sucedido por Felipe Calderón, también del Acción Nacional, en la disputada votación de 2006. AMLO fue declarado perdedor en esa carrera electoral por menos de medio punto porcentual y denunció un fraude electoral.
Hoy en día, una presidencia alguna vez imperial se ve frenada por un poder político fragmentado y una prensa comparativamente más libre que en los tiempos de control absoluto del PRI. Sin embargo, México sigue siendo un país peligroso, a menudo mortal, para los periodistas debido a la propagación de la violencia del crimen organizado y la corrupción política.
Numerosos críticos de López Obrador sostienen que está tratando de destruir las instituciones construidas dolorosamente durante 30 años, destinadas a garantizar elecciones libres y justas, así como controles y equilibrios del gobierno dividido.
‘Hace solo unos años era casi imposible pensar que una mujer podría ganar la presidencia’.
“López Obrador ya ha distorsionado el sistema político del país para inclinar el campo de juego electoral a favor de su partido", escribe la analista política Denise Dresser en Foreign Affairs, la publicación de Estados Unidos. "Se ha demostrado dispuesto a sacrificar cualquier cosa para ganar, incluida la democracia misma".
Perla Olivares, trabajadora en una fábrica de Ciudad Juárez con un bajo salario, afirma que aún no ha visto una mejora política significativa. "Recuerdo que cuando era niña caminaba con mis padres exigiendo un cambio", dijo Olivares en una entrevista reciente. “Mis padres se han ido. Pero ese México que querían nunca llegó".
En Tijuana, en la frontera con San Diego, California, Sandra López, 50 años, dijo que siempre vota por el PRI, a pesar de la frecuente decepción. Ahora espera que Sheinbaum, de ser elegida como presidenta, pueda resultar más capaz que los hombres que han gobernado en el pasado.
"A veces una mujer piensa mejor que un hombre", se ríe López.
Marco Arreortua, de 52 años, es un periodista mexicano que ahora vive en Phoenix, Arizona, y se preocupa por el futuro de México. Cree que elegir a una mujer como presidenta es importante y piensa viajar a México para presenciar ese momento.
"Para mí es muy significativo (que gane una mujer) y va a marcar la historia política de México", señaló Arreortua, quien emitirá su voto por internet, una de las opciones para los votantes en el extranjero. "Hace apenas unos años era imposible pensar que una mujer fuera a ganar la presidencia".
Otros dudan de que la flexión de género suponga mucha diferencia en la política.
"Desgraciadamente, les gana el dinero, la buena posición", dijo Josefina González, una abuela de 52 años que vive en Ciudad Juárez y se gana la vida a duras penas limpiando casas. "Mientras ellos llegan a los niveles más altos, los pobres se quedan en el fondo".
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