“¿Y si un día te vas y no vuelves?”

 

Concepción Ortíz en su hogar en Chicago, Illinois, el 13 de febrero de 2025. Ortíz ha vivido con su esposo en Estados Unidos durante 20 años. Sus temores crecieron ante los operativos del gobierno del presidente Donald Trump para deportar a millones de personas. Foto de Sebastián Hidalgo para palabra/MindSite News

 

Muchos niños de familias inmigrantes en Chicago sufren una ansiedad intensa al ir a la escuela, por temor a que sus padres sean deportados.

Nota del editor: Luchas invisibles” es un nuevo proyecto de reportajes enfocado en la salud mental de las comunidades de inmigrantes, refugiados, y solicitantes de asilo en Estados Unidos. Comenzamos en Chicago, una ciudad fundada por un inmigrante haitiano que tiene la cuarta población inmigrante más grande del país. La serie es una colaboración entre la oficina de Chicago de MindSite News y palabra, una plataforma multimedia de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos. Es posible gracias al financiamiento de la Field Foundation of Illinois.

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Una imagen enmarcada de la Virgen de Guadalupe y un crucifijo de madera se destacaban en la pared de la sala de Concepción Ortíz, en el sudoeste de Chicago, Illinois. Un televisor transmitía dibujos animados para su nieta de 2 años. Sentadas alrededor de la mesa de la cocina, ella y yo conversábamos mientras Ortíz servía café con leche y hacía malabares con facilidad con los ritmos de su vida cotidiana. 

“Todo ha sido trabajar, trabajar”, me contó Ortíz. “Vinimos para darles una vida mejor a nuestros hijos. Con todo lo que está pasando, tengo miedo”.

Ortíz y su esposo son inmigrantes y viven en Estados Unidos sin estatus legal. Ella ha vivido en Chicago durante 20 años y él, por casi 30. Su hija menor, Guadalupe, tiene 14 años y es ciudadana estadounidense. Guadalupe sufre ansiedad, algo que ha marcado gran parte de su corta vida. (MindSite News y palabra han cambiado los nombres de los miembros de la familia para proteger sus identidades).

Pero los temores de Guadalupe últimamente se han intensificado, desde que las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) se han enfocado en las comunidades de inmigrantes en Chicago, especialmente en vecindarios con una gran población de personas sin estatus legal, como parte de los operativos federales para detener y deportar a dichas personas.

“Antes iba a la escuela, aunque le costaba”, dijo Ortiz. “Pero ahora no quiere salir de la casa para nada. Tiene miedo de que algo pase mientras está fuera, que yo no esté aquí cuando regrese”.

Ortíz dibujó una flor en un trozo de papel, con la esperanza de calmar a su nieta que estaba exigiendo atención. Como eso no funcionó, le dio una paleta.

A Guadalupe le diagnosticaron ansiedad a los 10 años. Le recetaron medicamentos y psicoterapia, y por un tiempo dio la impresión de que mejoraba, según Ortíz. Pero, luego, se difundieron noticias sobre aterradoras redadas de inmigración en Chicago.

Desde entonces, Guadalupe se ha negado a ir a la escuela. Hay días en los que ni siquiera sale de su habitación. “Duerme mucho. Solo quiere encerrarse”, dijo su madre.

Ortíz ha tratado de todo para animar a su hija. “Le digo: ‘Si vas a la escuela toda la semana, te llevo a comer’”, ofreciéndole llevarla a su restaurante favorito, Raising Cane’s. Guadalupe empeoró cuando, un día, vio a una niña de su clase de octavo grado llorando porque había escuchado que el ICE estaba cerca de la escuela.

“Tenía miedo de que su mamá no estuviera en casa cuando regresara”, dijo Ortíz. “Me preguntó: ‘¿Y si te llevan mientras estoy en clase? ¿Quién me recogerá? ¿A dónde voy”? 

Eran las 9:30 a.m. Ortíz hablaba en voz baja para no molestar a Guadalupe, que estaba en su habitación durante nuestra conversación. “Ahora mismo, probablemente todavía esté dormida”, dijo Ortiz, echando una mirada hacia la habitación. “No ha comido, pero tomó su medicamento. Tal vez, para el mediodía salga”.

 

Una imagen de la Virgen de Guadalupe cuelga junto a fotos familiares y a un pequeño altar en el hogar de Concepción Ortíz en Chicago. Foto de Sebastián Hidalgo para palabra/MindSite News

 

Seguidos por vehículos particulares

Chicago se estuvo preparando por meses para las redadas de inmigración; desde que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de 2024 y prometió realizar “deportaciones masivas” en cuanto asumiera el cargo. Aun antes de llegar a la Casa Blanca, los informes sugerían que la ciudad de Chicago sería de una de las primeras en las que se enfocarían. Los defensores de los derechos de los inmigrantes están preparados y vienen ofreciendo consejos y talleres sobre derechos legales para escuelas y familias.

Ortíz no tenía un plan de seguridad. “Por ahora, no hemos hecho un plan porque no quieres aceptarlo, pero no sé”, dijo. “Probablemente sería bueno hacer un plan, pero a veces simplemente no quieres aceptarlo tú misma”.

Ana Guajardo, líder comunitaria y cofundadora del Centro de Trabajadores Unidos, una organización del sudeste de la ciudad que aboga por los derechos de los trabajadores inmigrantes, dijo que estaban “viendo familias que se encerraban en sus hogares. Niños con temor de ir a la escuela. Esto es precisamente lo que quieren: generar miedo”. 

Funcionarios del gobierno municipal de Chicago informan que desde que Trump tomó el poder, ICE ha arrestado a aproximadamente 100 personas.  El temor ha sido suficiente como para cambiar la vida cotidiana de muchos residentes sin estatus legal. “Hay vehículos particulares que siguen a la gente por millas y, repentinamente, se salen (de la carretera)”, dijo Guajardo. “Está claro que están averiguando algo. Quizás, escaneando rostros. Quizás, revisando matrículas. No sabemos, pero sí sabemos que esto es acoso”. 


‘Ella escucha cosas. Y me pregunta: ‘¿Y si un día te vas y no vuelves?’


Los hijos mayores de Ortíz tienen sus propias familias y ella teme que, si ella es deportada, los compromisos laborales de estos les impedirán ocuparse de las necesidades de su hermana menor, Guadalupe. Estas incluyen llevarla a terapia, asegurarse de que tome su medicamento y de que asista a clases. Como cuidadora principal de su hija, Ortíz asume estas responsabilidades.

Su esposo es el único proveedor de la familia. Trabaja en la sección de productos agrícolas de un supermercado local y lleva a su esposa a hacer las compras y a ella y a Guadalupe a las  sesiones de psicoterapia. Los tres comparten un apartamento alquilado. “No podemos faltar al trabajo ni un solo día”, dijo Ortíz. “Si mi esposo no va, nos atrasaremos en el pago de la renta”.

Ortíz intenta no  hablar de la redadas del ICE con Guadalupe para evitar que la ansiedad de su hija empeore.“Trato de no hablar demasiado con ella sobre eso porque sé que la pondrá aún más ansiosa”, dijo Ortiz. “Pero ella lo sabe. Escucha cosas. Y me pregunta: ‘¿Y si un día te vas y no vuelves?’”.

 

Concepción Ortíz y su nieta en su hogar en Chicago. Ortíz trata de no salir por los rumores de actividad de ICE cerca de su comunidad. Foto de Sebastián Hidalgo para palabra/MindSite News

 

El 20 de enero, dos semanas antes de que visitara a Concepción, salieron a la luz informes de prensa que decían que se habían visto agentes del ICE fuera de la escuela primaria Hamline, que tiene un 92% de población estudiantil latina.

El incidente generó temor y confusión debido a que informes de prensa previos indicaron que agentes del ICE habían intentado entrar a la escuela. Luego se aclaró que se trataba de agentes del Servicio Secreto de Estados Unidos. Pero, en un principio, los funcionarios escolares creyeron que eran agentes del ICE y, de acuerdo con la política de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS, por sus siglas en inglés), les negaron la entrada.

Desde la toma de posesión de Trump, el ausentismo aumentó en las escuelas públicas de Chicago, según Linda Perales, organizadora del Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés), que citó informes de casos de maestros en varias escuelas de las CPS. Algunos reportaron caídas en la asistencia de hasta un 50%.

“Venimos recopilando información de nuestros miembros. (Hay) maestros que nos dicen, ‘La mitad de mis estudiantes no vinieron’”, dijo Perales. “De manera anecdótica, hemos escuchado de una escuela a la que faltaron 1,000 estudiantes en un solo día. Otra escuela reportó apenas un 53% de asistencia. Algunos maestros han dicho, ‘La mitad de mis estudiantes han estado ausentes casi todos los días desde asumiera (Trump) el cargo’”.

Walk-ins” de inmigración

Como organizadora del CTU, Perales dirige las iniciativas escuelas santuario y educación bilingüe. También ayuda a dirigir el Caucus Latinx y el comité bilingüe, trabajando de cerca con educadores en los vecindarios de Pilsen y Little Village.

Perales mencionó que, apenas unas horas antes de nuestro encuentro, había visitado la escuela primaria Hamline para ayudar a coordinar un “walk-in”. Describió a los “walk-ins” como actos de solidaridad en los que maestros, padres, y estudiantes se reúnen fuera de las escuelas, antes de que comience la jornada escolar, para luchar por temas que afectan a sus comunidades. Ese “walk-in” en particular tenía como objetivo tranquilizar a estudiantes y maestros, ayudándolos a sentirse apoyados y seguros ante el creciente temor a redadas del ICE en sus vecindarios.

Maestros y padres de alumnos se reúnen fuera de la escuela primaria Hamline durante un “walk-in”, un acto de solidaridad para tranquilizar a los estudiantes ante el temor a redadas del ICE en el vecindario. Foto cortesía de Linda Perales

Fuera de la escuela, los maestros prepararon una mesa con pan dulce y café, y alzaron carteles en los que se leía, “Santuario para todos” y “Los inmigrantes son bienvenidos aquí”. Una escuela santuario se compromete a ser un lugar seguro y acogedor para todos los estudiantes, sin importar su estatus migratorio. 

Al mismo tiempo, maestros distribuían tarjetas y folletos de “Conozca sus Derechos” a las familias que iban llegando. Se escuchaba música de un altoparlante bluetooth mientras los educadores interactuaban con padres de alumnos y estudiantes, recalcándoles que la escuela era un lugar seguro.

Perales dijo que los “walk-ins” forman parte de un movimiento más amplio que lucha por extender la definición de “santuario”, garantizando protección a todos los estudiantes  ― inmigrantes, de raza negra, miembros del colectivo LGBTQ, y estudiantes bilingües ― al mismo tiempo que refuerza los derechos contractuales de los maestros para que puedan defender a sus alumnos. Estos “walk-ins” también se llevaron a cabo en varias escuelas.

El alcalde de Chicago Brandon Johnson, que lidera una de las campañas “Conozca sus derechos” para inmigrantes en colaboración con la Autoridad de Tránsito de Chicago, afirmó que Chicago seguirá siendo una ciudad santuario. Trump anunció el 6 de febrero que estaba demandando a Chicago, al condado de Cook, y al estado de Illinois por esto.

“En lugar de trabajar con nosotros para apoyar a los cuerpos de seguridad, la administración Trump está haciendo más difícil proteger al público, tal como lo hizo cuando Trump indultó a los criminales violentos del 6 de enero que habían sido condenados”, dijo el gobernador de Illinois J.B. Pritzker en un comunicado. “Esperamos verlos en los tribunales”.

En Chicago, la lucha por las escuelas santuario estuvo liderada por el CTU, en particular por su Caucus Latinx, que había estado organizando talleres de “Conozca sus derechos” y acciones solidarias desde el primer mandato de Trump. En 2019, el CTU logró negociar con éxito la inclusión de protecciones santuario en su contrato con las CPS, convirtiéndolo en uno de los primeros contratos en Illinois que protegía explícitamente a estudiantes y educadores inmigrantes. Sin embargo, según Perales, la implementación ha sido lenta, ya que las CPS aún no han llevado a cabo la capacitación prometida sobre cómo deben responder las escuelas si el ICE se presenta.

“Un gran obstáculo que estamos encontrando en estos momentos es que se suponía que (las escuelas) CPS y (el sindicato) CTU colaborarían para crear capacitación para nuestros miembros sobre cómo responder si el ICE se presenta en las escuelas”, dijo Perales. “Ha sido parte del contrato desde el 2019”.

Explicó que, en la actualidad, las CPS depositan la mayor parte de la responsabilidad de manejar este tipo de incidentes en los directores de las escuelas, lo cual representa una carga abrumadora. Perales consideró que se necesita un enfoque de equipo más amplio que involucre a miembros del personal, así como la colaboración con organizaciones comunitarias y equipos de respuesta rápida, para garantizar que las escuelas estén mejor preparadas.

​​“Me preocupa”, dijo Perales. “¿Cuál es el impacto en su salud mental? ¿Cuál es el impacto en su capacidad de concentración en el salón de clases? ¿Les preocupa salir de la escuela y que sus padres no estén en casa porque fueron detenidos”?

Otra cosa que también aterra, dijo, es que Trump ha delegado a otras agencias federales para que actúen como agentes de inmigración, desdibujando los límites entre la aplicación tradicional de la ley y las redadas de inmigración.

 

La activista Lapis Marigold (derecha), de la organización Revcom Corps Chicago, habla con personas fuera de la escuela primaria Hamline, en Chicago, Illinois, luego de que se le prohibiera la entrada a agentes federales el 24 de enero de 2025. Foto de Erin Hooley/AP Photo

 

Un niño pregunta: “Qué hemos hecho mal?”

Las escuelas se han convertido en espacios importantes en los que los niños conversan entre sí y aprenden sobre la aplicación de las leyes de inmigración, las redadas del ICE y sobre cuáles son sus derechos.

Algunas escuelas locales han pedido a Guajardo y a su equipo del Centro de Trabajadores Unidos que impartan talleres para informar sobre esos derechos y orientar a los padres. Guajardo dijo que los estudiantes, muchos de los cuales son hijos bilingües de padres inmigrantes, también están compartiendo información entre ellos.

Por ejemplo, antes de las elecciones presidenciales de 2024, una de las hijas de Guajardo se enteró por unos amigos de que, si Trump ganaba, sus familias iban a tener que decidir si abandonar Chicago. Esos mismos amigos han dejado de asistir a la escuela, ya que sus familias han optado por permanecer escondidas.

Los estudiantes no solo están absorbiendo la información, sino que también se están apoyando  y educando mutuamente de forma activa ante la incertidumbre.

Otra de las hijas de Guajardo le preguntó si podía llevar materiales sobre los derechos de los inmigrantes a los amigos de la escuela que expresaban temor por las redadas del ICE, y si podía darles los datos de contacto de su madre. Guajardo le dijo a su hija que sí, que les transmitiera a las familias que podían sentirse libres de llamarla. “Los niños se están ayudando entre sí. ¡Dios mío!”, dijo, con urgencia en su voz.

Según activistas locales, los agentes del ICE han estado llevando a cabo redadas agresivas y posiblemente ilegales.

 

Un libro infantil y juguetes con garabatos hechos por la nieta de Concepción Ortíz. Foto de Sebastián Hidalgo para palabra/MindSite News

 

Menores y adolescentes como Guadalupe, que habían estado progresando en sus batallas contra la ansiedad o la depresión, podían retroceder, intensificando sus síntomas a medida que interiorizaban el temor y la incertidumbre.

“Por lo general, si tienes un niño con un trastorno preexistente del estado de ánimo o de la ansiedad y le sumas un factor de estrés agudo o crónico, eso solo va a exacerbar los síntomas”, dijo Rebecca Ford-Paz, psicóloga clínica infantil en el Lurie Children’s Hospital (hospital infantil Lurie) de Chicago, especializada en salud mental de inmigrantes y refugiados. “Una depresión leve podría evolucionar hacia pensamientos suicidas. O la ansiedad podría volverse más prevalente y manifestarse en reacciones de pánico, como una especie de hipervigilancia”.

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Ford-Paz explicó que los niños y adolescentes que sufren estrés relacionado con la inmigracion suelen mostrar mayor ansiedad, dificultades para concentrarse y deterioro académico. Dijo que muchos se tornan irritables, nerviosos, o tienen dificultades para dormir y estar lejos de sus padres. La confusión y las dudas sobre sí mismos son comunes, ya que los niños internalizan la retórica antiinmigrante y se preguntan por qué sus familias están en el punto de mira. 

““Muchos hablan de sentirse simplemente confundidos, como si dijeran, ‘¿Qué hemos hecho mal? ¿Por qué llaman criminales a los inmigrantes? ¿Por qué atacan a nuestra familia?’”, dijo Ford-Paz. “Uno de los consejos que compartimos con las familias es reforzar que sus sentimientos son válidos y que no están solos en sentirse así”.

“Los niños anhelan sentirse seguros”, agregó Ford-Paz. “Animamos a los padres a que los tranquilicen diciéndoles, ‘Estoy haciendo todo lo posible para mantenerte a salvo’. También ayudamos a las familias a crear planes familiares de preparación o emergencia porque, a falta de información, los niños acudirán al escenario más catastrófico que exista en sus mentes”.

Sin embargo, también aconsejó no hacer promesas que no se puedan cumplir. En lugar de ofrecer garantías absolutas como “todo va a estar bien” o “nada malo le va a pasar a nuestra familia”, sugirió que los padres se enfoquen en afirmar lo que sí pueden controlar, usando frases como, “Ahora estás a salvo y yo soy una persona segura y estoy haciendo todo lo que puedo para protegerte”. Explicó que, aunque no se pueden garantizar certezas, los padres pueden decir a sus hijos que seguirán compartiendo información y tomando medidas para asegurar su bienestar.

 

Apoyo para familias

Para las familias inmigrantes, de refugiados y de solicitantes de asilo, el temor a la separación, la incertidumbre legal y el acceso limitado a los recursos pueden provocar una enorme carga emocional. Sin embargo, hay apoyo disponible:

  • Lurie Children’s Hospital y Coalition of Immigrant Mental Health (la coalición para la salud mental de los inmigrantes) ofrecen recursos y orientación para ayudar a los padres a hablar con sus hijos sobre preocupaciones relacionadas con la inmigración y para que puedan brindarles apoyo emocional.
  • Talleres para conocer sus derechos y para preparar a las familias están disponibles a través de grupos locales de defensa de los derechos. Con estos talleres, las familias pueden entender sus derechos y crear planes para emergencias.
  • Apoyo en crisis: Las familias en situación de angustia pueden enviar un mensaje de texto con la palabra HOME al 741741 para recibir apoyo emocional gratuito, o llamar al 988 para solicitar asistencia en crisis en español y en inglés.
  • Servicios legales y sociales: Chicago ofrece recursos para solicitudes de DACA, ayuda legal, asistencia financiera de emergencia y acceso a atención médica para inmigrantes, sin importar su estatus migratorio.

Descarga más información en español con recursos aquí.

 

Ford-Paz también tiene otro consejo para los padres de familia, así como para niñas y niños: “Descansen de la radio, de la televisión,y de las redes sociales. Hay mucha información falsa y alarmista que se perpetúa en las redes sociales”.

Señaló un vínculo preocupante entre la retórica antiinmigrante y el acoso en las escuelas. “Ha habido un aumento del bullying (acoso) y, ciertamente, este tiene efectos perjudiciales en la salud mental de los niños. Muchos de estos niños pueden interiorizar parte de la retórica antiinmigrante, lo que puede conducir a pensamientos de autodesprecio, depresión y ansiedad”.

Los acosadores suelen ensañarse con niños inmigrantes, lanzándoles insultos y amenazas relacionados con su aspecto y su estatus migratorio, explicó Ford-Paz. “Mayormente, los niños cuentan cosas como que les dicen que son feos por el color de su piel o de su cabello, o que los van a deportar”, señaló. “Esa es la más común: que se burlen de ellos diciéndoles que van a ser deportados o que su familia va a ser deportada”.

Ford-Paz exhorta a los padres de familia a que proporcionen a sus hijos contranarrativas empoderadoras que refuercen su autoestima y su resistencia frente a los mensajes negativos. La psicóloga destacó que una manera clave de combatir el acoso en las escuelas es fomentando un fuerte orgullo por las raíces culturales y reforzando la identidad positiva en niñas y niños. Subrayó, en ese sentido, la importancia de contar historias, de compartir narrativas culturales y de enseñar a los niños sobre figuras históricas y activistas que hayan defendido los derechos de los inmigrantes.

 

Concepción Ortíz se preocupa por la salud mental de su hija y por el futuro de su familia, ya que Chicago se ha convertido en blanco de la aplicación de las leyes de inmigración por parte del ICE. Foto de Sebastián Hidalgo para palabra/MindSite News

 

En medio de todo eso, Ortíz dijo estar agradecida por los recursos que su familia ha encontrado en Chicago, especialmente por el apoyo en salud mental. “La terapeuta nos está viendo a las dos ahora. Una sesión para mí, una para ella”. 

Ortíz está sumamente preocupada por cómo la deportación interrumpiría el acceso de su hija a una psicoterapia crucial. Su temor es doble: le preocupa la salud mental y el futuro de su hija, pero también carga con el peso de su propia incertidumbre.

“No salgo de la casa a menos que sea necesario”, dijo. “Si voy por comida, espero hasta que mi esposo pueda llevarme. Porque, ¿y si no regreso? Creo que también tengo ansiedad, pero apenas me estoy dando cuenta”.

Por ahora, Ortíz y Guadalupe se están tomando las cosas un día a la vez. Algunos días son mejores que otros y Guadalupe habla del futuro. Otros, se encierra en sí misma y desaparece en su habitación durante horas. Pero Concepción se niega a rendirse. Todas las mañanas, toca a la puerta de Guadalupe para recordarle que es hora de ir a clases. Algunos días, la puerta permanece cerrada. Otros, Guadalupe la abre.

 
 

Alma Campos es una galardonada periodista bilingüe que vive en Chicago. Nacida en México, su trayectoria la llevó de Azusa, California, hasta al sur de Chicago. Su trabajo se adentra en las experiencias de los inmigrantes, y recoge historias sobre una amplia gama de temas, desde la salud mental y los derechos laborales hasta la resiliencia comunitaria. Alma colabora con The Guardian, es editora en South Side Weekly y lidera la cobertura periodística que se enfoca en la intersección entre la inmigración y la salud mental en MindSite News. @alma_campos

Sebastián Hidalgo es un fotoperiodista y reportero de investigación en Chicago, donde cubre la intersección entre el trabajo de bajos salarios y la vigilancia policial. @sebastianhidalgo_photo

Rob Waters es un periodista galardonado especializado en salud y salud mental, y es editor fundador de MindSite News. Ha trabajado como reportero o editor en Bloomberg News, Time Inc. Health y Psychotherapy Networker. Fue escritor colaborador en Health Affairs. Sus artículos también han sido publicados por The Washington Post, Los Angeles Times, el San Francisco Chronicle, Kaiser Health News, STAT, the Atlantic.com, Mother Jones y muchos otros medios. @robwaters001

Nathalie Alonso es una periodista cubanoamericana radicada en Queens, Nueva York, donde nació y creció. Sus artículos han aparecido en numerosas publicaciones, entre ellas: National Geographic, Outside, Refinery29, AFAR y TIME for Kids. También es autora de varios libros para niños, incluyendo Hispanic Star: Sonia Sotomayor y Hispanic Star: Ellen Ochoa (Roaring Brook Press, 2023); ¡¿Ropa vieja para la cena?! (Barefoot Books, 2024); y ¡Llámenme Roberto! (Calkins Creek, 2024). Forma parte del cuerpo docente de la Highlights Foundation. Desde 2006, Nathalie ha trabajado como productora editorial, traductora y reportera para LasMayores.com, el sitio web oficial en español de las Grandes Ligas de Béisbol. Obtuvo una Licenciatura en Estudios Estadounidenses de la Universidad de Columbia. Para conocer más sobre su trabajo, visita NathalieAlonso.com. @Nathalie_Writes